Este método se ha utilizado tradicionalmente para prolongar la vida de quesos de todo tipo, de oveja, de vaca o de cabra, curados y semicurados.
Ingredientes:
Una cuña de queso (de cabra, vaca, oveja o de mezcla), que puede ser curado o semicurado.
Aceite de Oliva Virgen Extra .
Una ramita de romero.
Una ramita de tomillo.
Una hoja de laurel seco.
Dos dientes de ajo.
Bolitas de pimienta (generalmente negra, pero puedes usar otros tipos o combinarlas).
Guindilla cayena: una o dos (solo para los amantes del picante).
Elaboración: Esteriliza en agua hirviendo un bote de conserva e introduce dentro tus aromatizantes: las ramitas de romero y de tomillo, la hoja de laurel, los dos dientes de ajo sin piel, la pimienta y la cayena.
Quita la corteza del queso y córtalo a dados. Introdúcelo junto con las especias.
Una vez que todos los ingredientes están en el bote, añade el aceite de oliva hasta que cubra todo el contenido.
Cierra el bote y déjalo reposar al menos dos semanas antes de consumir, en un lugar fresco y seco (NO en la nevera).
Es ideal para los aperitivos. Por supuesto, no tires el AOVE que has utilizado en su preparación, puedes utilizarlo para tus tostadas.
Queso de cabra: es un queso idóneo para su conservación en aceite, resulta delicioso con tomillo o con romero.
Queso de vaca: utiliza aceite de oliva aromatizado con pimienta negra.
Otra opción, es utilizar aceite trufado. Este proceso solo dura aproximadamente dos días y, a partir de allí, hay que retirar la trufa del aceite. Por eso, elabora primero el aceite trufado, retira la trufa y úsala en tu plato favorito y en ese mismo aceite que ha absorbido el aroma, introduce el queso que debe reposar, al menos, dos semanas.
Queso de oveja: quedará delicioso con un toque picante. Así que, si eres un amante de este sabor, no dudes en introducir una pequeña guindilla o pimienta cayena. Te recomendamos que pruebes el queso manchego en aceite de oliva.
Queso fresco: su sabor no es tan potente, pero también puedes utilizarlo con este fin. Combina muy bien con tomillo fresco y con pimienta negra.
En cuanto al aceite de oliva para esta preparación, lo mejor es que sea un Aceite de Oliva Virgen Extra (el de mayor calidad) de carácter suave, como pueden ser los de la variedad Arbequina. Si optas por ejemplo por un Picual, caracterizado por su sabor más intenso con notas amargas y picantes, corres el riesgo de “enmascarar” el sabor del queso.